El uso excesivo de plástico en el océano es una de las mayores amenazas para la vida marina en todo el mundo. La cantidad de plástico que se desecha en el océano cada año es impresionante, y los efectos son devastadores. A medida que el plástico se descompone en el agua, libera sustancias tóxicas que afectan a la salud de los animales marinos y su hábitat.

Según la Organización de las Naciones Unidas, se estima que para el año 2050 habrá más plástico que peces en el océano. Esta situación no solo es preocupante para la vida marina, sino también para la salud humana. El consumo de mariscos contaminados con plásticos puede tener graves consecuencias para la salud.

Uno de los animales más afectados por el uso excesivo de plástico son las tortugas marinas. Cada año, millones de ellas mueren por la ingestión de plástico. Algunas de ellas confunden las bolsas de plástico con medusas, uno de sus principales alimentos, y las ingieren. Esto les provoca una obstrucción en los intestinos, impidiéndoles comer y eventualmente llevarles a la muerte.

Otro animal afectado son los peces. No solo ingieren plástico, sino que también pueden quedar atrapados en redes de pesca y otros residuos plásticos, lo que les causa lesiones y muerte. Cuando comemos estos peces, también estamos consumiendo partículas de plástico, y los efectos a largo plazo de esto aún no se comprenden completamente.

Es importante que todos tomemos acciones para reducir nuestro consumo de plástico y su uso innecesario. Podemos empezar por usar bolsas reutilizables en lugar de las de plástico, evitar botellas de plástico y llevar nuestras propias botellas de agua reutilizables, y reciclar adecuadamente todos los residuos plásticos.

Si bien la tarea parece abrumadora, es importante tomar medidas ahora para ayudar a prevenir cualquier daño irreversible a nuestros mares y la vida marina. La solución es simple: reducir, reutilizar y reciclar. Al trabajar juntos, podemos asegurarnos de que el plástico no siga matando la vida marina.

Valeria Catillo